Por Purificación Causapié, Patrona de la Fundación Pedro Zerolo
En los últimos tiempos la extrema derecha ha convertido al feminismo en su mayor enemigo y a la violencia de género en una realidad que pretenden esconder negando su existencia. No os matan, no os pegan, no os maltratan, no os violan – dicen a las mujeres – y como no es un delito puesto que no existe, el paso siguiente parece el resultado de una lógica conclusión, derogar la Ley integral.
A estas alturas nos asombra escuchar algo así, sin embargo, esta estrategia de negación de la realidad no es nueva, es la repetición de aquello que siempre hicieron las ideologías contrarias a la emancipación de las mujeres, negar que existe la dominación para mantenerla, convertirla en normalidad, en el resultado de la naturaleza diferenciada entre hombres y mujeres. No es extraño que esta perspectiva ideológica sea la de quienes reivindican posiciones contrarias a la libertad y a la Democracia.
Quienes creemos firmemente en la libertad no podemos permitir la pervivencia de la violencia de género, sabemos que existe y también que debemos combatirla para que nuestra democracia pueda llamarse tal cosa. La democracia no puede permitir en su seno la tortura cotidiana, el asesinato o la violación, y debe poner todos los recursos a su alcance para acabar con una realidad que vulnera los derechos humanos.
Cuesta creer que alguien no quiera reconocer el sufrimiento y el dolor que causa la violencia de género en las mujeres maltratadas, en niños y niñas, en familias y amistades de tantas mujeres cruelmente asesinadas, y cuesta pensar que haya quien sabiendo que la violencia de género es el instrumento del patriarcado para mantener la dominación hacia las mujeres, prefiera que perviva la violencia para que perviva el patriarcado. Esa es la motivación de la extrema derecha en su afán por ocultar la existencia de la violencia de género.
La Fundación Pedro Zerolo nació para defender la memoria de quien la honra con su nombre y con ello defender sus ideas de libertad, igualdad y solidaridad. Nuestro compromiso con la democracia es radical, y por lo tanto lo es con el feminismo y con la emancipación de las mujeres. Combatir la violencia de género es parte de nuestra razón de ser y existir. Seguimos en la lucha este 25 de noviembre.