Por Rosa Mª Laviña Bellido, Patrona y secretaria de la Fundación Pedro Zerolo
Madrid, 30 de julio de 2024.- En 2013, Naciones Unidas designó el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas, señalando que este día es necesario para «concienciar sobre la situación de las víctimas de la trata de seres humanos, y para promocionar y proteger sus derechos”.
No podemos dejar a ningún niño o niña atrás en la lucha contra la trata, según datos de Naciones Unidas, una de cada tres víctimas de trata de seres humanos es un niño, en su mayoría, niñas. La mayor parte de las víctimas son mujeres adultas (49%), seguidas de las niñas, que representan un 23% (UNDOC)
La lucha contra la trata de niños y niñas es crucial para proteger a los menores de ser explotados y victimizados. La trata de personas, en general, implica el reclutamiento, transporte, transferencia, o explotación de personas mediante el uso de la fuerza, el engaño o la coerción con fines diversos, como el trabajo forzoso, la delincuencia, la mendicidad, la adopción ilegal, los abusos y la explotación sexual.
El tráfico de niños y niñas es un problema complejo y multifacético que tiene varias causas subyacentes, entre las que se encuentran, la pobreza y la desigualdad social, los conflictos y desplazamientos que dejan a muchas familias sin medios de subsistencia, haciendo que los niños sean más susceptibles al tráfico, la demanda de mano de obra (160 millones de niños y niñas son explotados) y explotación sexual, la falta de protección y legislación adecuada en muchos países y/o factores culturales y sociales, en muchas culturas existen prácticas como el matrimonio infantil que son aceptadas. La explotación sexual es el principal motivo en todas las regiones del mundo salvo en África, donde son los trabajos forzados.
António Guterres, en este día afirma que “las crecientes desigualdades y la globalización han propiciado la aparición de complejas redes de trata que desafían los marcos jurídicos tradicionales y crean nuevas formas de esclavitud. Las plataformas en línea hacen que niñas y niños estén aún más expuestos a la explotación sexual y la violencia de género, y que los tratantes puedan explotar a sus víctimas a través de las fronteras”.
Las secuelas físicas y psicológicas de esos delitos persisten durante mucho tiempo, incluso en la edad adulta, y privan a los niños y niñas de su inocencia, su futuro y sus derechos fundamentales.
La presidenta de la Fundación Pedro Zerolo afirma que “el tráfico de niños y niñas es una violación muy grave de los derechos humanos y requiere una respuesta integral que incluya medidas de prevención, protección, persecución de los traficantes y apoyo a las víctimas. Las soluciones deben abordar tanto las causas profundas como las consecuencias del tráfico, y deben involucrar a gobiernos, organizaciones internacionales, comunidades locales y la sociedad en general”.
En este Día Mundial contra la Trata de Personas, la Fundación Pedro Zerolo reafirma su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos de todas las personas y como pide el Secretario General de Naciones Unidas renovamos nuestro compromiso por un futuro en el que todos los niños y niñas estén a salvo y sean libres.