Por Toni Poveda, vicepresidente de la Fundación Pedro Zerolo.
Nuestro querido Pedro Zerolo le dijo en una ocasión a Ana Botella “En su modelo de sociedad no quepo yo, en el mío sí cabe usted. Pensé que entre ambos habría un punto de encuentro, porque usted, y todas las mujeres que están hoy aquí, saben que, hasta antes de ayer, estaban también en la lista de los incapaces. Pensé que tendría una mínima chispa de solidaridad por eso. De todas formas, su voto negativo es sólo temporal, los avances sociales son imparables». Y en esto, como en otras ocasiones, fue un visionario de lo que estaba pasando en un sector de la sociedad, que en ese momento no estaba tan envalentonada como lo está ahora con el auge de la ultraderecha de VOX, a la que se le está abriendo las puertas del gobierno de muchas autonomías y municipios por parte del Partido Popular.
Cuando oímos hablar tanto desde las derechas de la “ideología de género” para hablar del feminismo o del movimiento LGTBI+ están tratando de invisibilizarnos como personas, quienes somos, nuestros derechos, negar nuestra existencia y tirarnos a la papelera. Los derechos humanos no tienen carácter ideológico, son derechos universales que tenemos desde que nacemos. La violencia machista existe, no es un concepto ideológico. Mientras algunos intentan reabrir debates superados, a las mujeres las siguen maltratando física o psicológicamente o directamente las están matando por ser mujeres. Quieren meternos tanto a las víctimas de la violencia machista como de la violencia LGTBIFobica de nuevo en el armario porque piensan que en su modelo de sociedad no cabemos, porque no debemos estar en igualdad de condiciones que el resto y pretenden volver a la sociedad de los privilegios solo para unos pocos, los de siempre.
Como gai, que tiene ahora 55 años, y que por lo tanto fue un adolescente en los principios de la democracia, viví la violencia de una sociedad (la de “verano azul del 81) que me señalaba, crecí sin referentes y sin los derechos de los que hoy disfrutamos, pero como esa violencia no me venía de mi familia, de muy joven me hice activista y tuve una pareja (la sigo teniendo) y pensé que ya tenía superada la homofobia interiorizada y evidentemente que ya no marcaba mi día a día, pero me dejó más secuelas de lo que creía hasta que el proceso terapéutico en el que me encuentro ahora me ha ayudado a superar. Todo esto lo cuento porque, pese a lo que hemos avanzado todavía muchas niñas, niños y niñes están pasando por lo que yo pasé. Y el partido de ultraderecha está ya introduciendo en sus acuerdos para entrar en los gobiernos autonómicos el mal llamado pin parental (en realidad es un veto) para que nuestras infancias LGTBI vuelvan a ser invisivilizadas en las aulas y de esta manera sigan estigmatizadas, Además buena parte de quienes promueven estas políticas son los mismos que siguen promoviendo las mal llamadas terapias de conversión, que tanto sufrimiento y dolor causan a sus víctimas.
Con todo esto, se confirma lo que siempre digo, la cara más cruel de quienes discriminan es la dirigida a adolescentes y niñxs, algo que ya hemos podido comprobar también con los migrantes no acompañados menores de edad que son cruelmente señalados como delincuentes.
Es por eso que los que creemos que la patria es la igualdad de oportunidades y las leyes que remueven los obstáculos para que todas podamos ser iguales, que creemos que la patria de la que nos sentimos orgullosas es la que abre caminos, derechos y libertades, y que tenemos una obligación con el futuro de nuestro país para evitar que nos vuelvan a anclar en el pasado.
Tenemos dos citas muy importantes, una es la del Orgullo LGTBI que tiene que ser más reivindicativo que nunca, mostrando que la sociedad del arcoíris es una sociedad en la cabemos todas y que hace más fuerte nuestra democracia. La otra el 23J en las urnas, votando a aquellos partidos que se comprometan a mantener lo conquistado y a seguir avanzando para que nadie en España se quede atrás. Porque como decía Pedro Zerolo “los derechos se conquistan, se disfrutan y se defienden”.