Mientras haya machismo tenemos la obligación de luchar por las mujeres

Por Maria A. Blasco, Directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.​​ 

Según el Global Gender GAP report 2022 del Foro Económico Mundial, hacen falta 155 años para cerrar la brecha de género en el empoderamiento político; para cerrar la brecha en igualdad económica faltan 151 años; para que se alcance la igualdad en educación faltan 22 años, y para la igualdad en salud y supervivencia, ni siquiera hay una fecha a la vista porque se ha paralizado el progreso hacia la paridad en estos ámbitos.

Por lo tanto, una niña que nazca hoy no va a tener las mismas oportunidades que su hermano. Como decía Virgina Wolf hace ya casi un siglo en su ensayo Una habitación propia, si Shakespeare hubiese tenido una hermana y, aunque fuese más brillante que él, jamás habría pasado a la historia por sus obras, y seguramente yacería enterrada anónimamente debajo de alguna parada de autobús en Londres.

¿Pero cuáles son las causas de que vaya tan lenta la consecución de la igualdad de género? Quizá la más importante es que se haya sostenido esa desigualdad a lo largo de los siglos; todo hay que decirlo, en propio beneficio de los privilegiados. Pero hoy en día hay otros factores, que están identificando las ciencias sociales.  Voy a mencionar tres de ellos identificados en las profesiones científicas, pero que aplican también a otras profesiones.

Sesgos inconscientes. Según un artículo que se publicó en 2012 en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, independientemente del género del evaluador/a, se valora peor y se dan menos oportunidades al mismo curriculum vitae con un nombre de mujer que con un nombre de hombre. Este estudio se ha replicado recientemente por otros equipos de investigación y el resultado sigue siendo que se evalúan a la baja los curricula que llevan un nombre de mujer. Esto indica la importancia de educar en ser conscientes de los sesgos de género, especialmente en el caso de las personas que están en una posición de toma de decisiones.

 

Educación temprana y estereotipos. En 2017 se publicó un artículo escalofriante en la revista Science, en el que se concluía que, mientras las niñas de 5 años se creían igual de capaces que los niños para resolver problemas difíciles, a los 6 años las niñas perdían la autoconfianza y empezaban a pensar que no eran capaces de resolver problemas que les decían que eran “para alumnos muy, muy listos”. La consecuencia de esto puede ser que las niñas pierdan interés en determinadas materias. Este estudio indica la importancia de la educación, especialmente a edades tempranas, para evitar los estereotipos y la pérdida de autoconfianza.

 

Conciliación. Es una de las principales causas de la pérdida de mujeres en la progresión hacia los niveles más altos de las carreras científicas. En 2019, la revista Nature hizo el siguiente experimento: invitó a que mujeres investigadoras en el mundo de la academia (universidades y centros de investigación) hicieran una lista de deseos. Tenían que enumerar las cosas que habría que cambiar en las instituciones para que tuviesen menos dificultar en conciliar los cuidados con la vida laboral. Identificaron 12 palancas de acción, muy sencillas, que podrían cambiar la vida de todas aquellas mujeres y hombres que concilian.

En momentos en los que la lucha de género ha cruzado las fronteras del género binario, tenemos que seguir recordando que el mero hecho de ser o definirse como mujer es algo aún discriminatorio. Tenemos que recordar que sigue operando el machismo a través de sesgos inconscientes; de los entornos familiares, sociales o educativos que nos proyectan estereotipos y pérdida de autoconfianza desde la más tierna infancia; de estructuras organizativas y de hábitos institucionales que no facilitan la conciliación y siguen excluyendo principalmente a las mujeres.

El privilegio de género que es alimentado por el machismo ha de ser extinguido. Es inaceptable esperar más de 150 años a que la hermana de Shakespeare, o todas las mujeres científicas, creadoras, que han sido enterradas en el olvido machista, puedan brillar de nuevo a través de nuevas generaciones educadas en la igualdad.

 

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