Por Rosa Mª Laviña Bellido, Secretaria y Patrona de la Fundación Pedro Zerolo
Hoy celebramos el Día del Docente y queremos mostrar nuestra solidaridad y gratitud con todos los docentes que, en numerosas ocasiones, realizan una magnífica labor en malas circunstancias, como lo han demostrado y están demostrando con esta crisis de la COVID19.
Desde 1994, la UNESCO celebra todos los 5 de octubre el Día Mundial de los Docentes. El lema escogido este año ha sido: “Docentes: liderar en situaciones de crisis, reinventar el futuro”. Un día para honrar la profesión docente en el mundo, hacer un balance de los logros y llamar la atención sobre el papel desempeñado por los docentes, quienes ocupan el centro de los esfuerzos que se llevan a cabo para alcanzar el objetivo mundial de que nadie quede rezagado.
Ser profesor y profesora en tiempos de pandemia no está siendo nada fácil. La crisis sociosanitaria y el cierre temporal de los centros escolares ha forzado a los docentes a pasar de la educación presencial a otras modalidades como la online o la semipresencial en muy poco tiempo, sin instrucciones claras, sin presupuesto suficiente, sin los refuerzos anunciados a tiempo y de forma precipitada. Siempre hemos pensado que ser maestro o maestra es vocacional, que implica lograr un mundo mejor a través de la enseñanza y sobre la que la sociedad parece acordarse solo en momentos puntuales como ahora. La pandemia del coronavirus ha echado encima de los docentes más responsabilidades pero, también es cierto, que ha puesto de relieve el liderazgo, la entrega, la creatividad y la capacidad innovadora de los docentes.
Según una encuesta sobre la situación emocional de profesorado en España durante el confinamiento en la que han participado 255 profesores: Un 45% de Educación Primaria, un 22% de Infantil, un 11% de Secundaria y el resto de otras etapas, “el 70% de los docentes asegura haber tenido dificultades para dormir y a un 25% le costó separar la jornada laboral de su vida personal, teniendo la sensación de estar conectado todo el día debido a que constantemente están recibiendo mensajes, respondiendo, buscando material… No se distingue entre horario laboral y personal. Todo eso, a la vez que los docentes tienen que atender a su hijos e hijas, familias, el hogar…”. No nos olvidemos que los profesores también tienen derecho a la conciliación familiar y laboral. Para ello, se plantea la necesidad de teletrabajar estableciendo un horario de trabajo, como si estuvieran en el centro escolar, un horario con principio y fin. Por su parte, los alumnos, las familias, el equipo directivo y demás compañeros deben tener claro que fuera de ese horario laboral no se puede atender a nadie, salvo una emergencia, por supuesto.
Lo tenemos claro, en Educación necesitamos el máximo consenso posible, incluso un gran acuerdo social y político. Creemos en una Educación inclusiva, igualitaria, diversa y multicultural, una educación equitativa, justa y excelente, que no deje atrás a nadie. Una educación pública y de calidad, donde el papel de los docentes sea la piedra angular sobre la que sustentar la educación de nuestro futuro porque #ElAprendizajeNuncaSeDetiene.